Sostenía a su bebé, pero no sabía lo que se alojaba dentro de su cuerpo

Cuando llega un bebé al mundo podemos estar muy emocionados y felices, en especial cuando.

Se trata del primer bebé de una familia, es decir, el primer hijo que tiene una pareja. Esto sin duda es un acontecimiento que merece celebración.

Sin embargo, hay ocasiones donde este hecho no es el más alegre debido a otros aspectos, así como alguna complicación en el nacimiento o una enfermedad en el bebé o en la madre.

Los bebés son muy delicados y por ello hay que ser muy minuciosos cuando apenas han nacido.

En este caso tenemos que contar una historia bastante escalofriante, pero motivadora, ya que se trata de un bebé que tuvo que pasar por una operación de trasplante para poder sobrevivir, lo bueno de esto es que sí pudo hacerlo. Si quieres saber los detalles, sigue leyendo esto.

Su madre estaba feliz con su bebé, pero en su estómago había algo que le podía quitar la vida

En este caso hablamos de la historia de un bebé llamado Braylee, este era el primer hijo de una pareja, lo cual los tenía muy felices, todo parecía ir normal pero cuando nació notaron algo extraño, el bebé lucía de color amarillo y hasta sus ojos se veían así.

A primera vista los doctores no pensaron que sería algo grave, pero luego de varios estudios dieron con que Raylee había nacido sin vesícula biliar, por lo que estos fluidos estaban por todo su cuerpo.

En ese momento Raylee fue intervenido para drenar este líquido, pero con el tiempo el bebé siguió empeorando, pues su hígado no funcionaba bien.

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Un día sus padres notaron que Raylee se estaba hinchando, su barriga estaba muy inflada y seguía creciendo, por esto tuvieron que ir de emergencias al hospital y allí les dijeron que el bebé necesitaba un donante de hígado para hacerle un trasplante, de lo contrario este no sobreviviría.

El primer voluntario fue su padre Justin, este estaba dispuesto a donar un trozo de hígado, ya que este se regenera, aunque de igual forma no es una práctica recomendada, pero era la única opción para su hija, pues no había algún otro donante.

Sin embargo, cuando Justin iba a entrar a la sala, llamaron al hospital e indicaron que ya había un donante.

La operación de Raylee fue un éxito y pudo mejorar. Hoy ya tiene año y medio de edad y luce como una niña sana. Comparte esta información en tus redes.

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