El amor es algo increíble que debamos valorar porque es uno de los sentimientos más fuertes que existen.
El amor es capaz de hacer cualquier cosa e impulsar a las personas para tener gestos increíble unas por otras, de eso se trata el amor y el sentimiento.
Cuando es la salud es donde más podemos ver esta clase de sentimiento, porque las personas cuando quieren a alguien hacen todo lo posible para hacer mejorar a la otra persona, al punto de sacrificarse ellos mismos por el bienestar de la otra persona.
Este ejemplo lo podemos ver muchas veces cuando una persona necesita un donante, donde la persona es capaz de sacrificarse por poder salvar a la otra.
Hoy te traemos una historia que trata de este tema, del amor que puede sentir una persona por la otra.
La niñera que le donó el hígado a su niña
La historia se centra en Kiersten Milles, una joven de 22 años que para pagar sus estudios tuvo que trabajar como niñera, ahí fue cuando conoció a George y Farra Rosko.
Cuidando a sus tres hijos, Talía de 1 año y sus hermanos que tiene 3 y 5 años respectivamente.
Pero todo cambió cuando se enteró de que la más chiquita estaba enferma por lo que tiene pocas probabilidades de vivir debido a una enfermedad de su hígado.
Los padres le decían a la niñera que fuese especialmente cariñosa con la más pequeña justamente por su condición.
Ella se encariño tanto con la niña que intentó todo lo posible para salvarle la vida, resulta que su enfermedad del hígado es incurable y su única salvación es un trasplante el cual debe ser realizado por una persona muy particular, debe tener exactamente el mismo tipo de sangre.
Pues resulta que ella es sangre 0, justamente la que es la niña y por eso ella le pudo donar su hígado y gracias a dios fue compatible, por lo que pudo ser la donante perfecta.
Por tal gesto, los padres decidieron pagarle algo de dinero para agradecerle este increíble gesto, pero ella se negó rotundamente porque consideró que era lo mejor para la pequeña niña.
La niña actualmente se encuentra bajo medicinas, pero puede seguir viviendo mientras tenga su tratamiento.
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