El limón es una de las frutas más conocidas a nivel mundial por ser un poderoso remedio eficaz y casero para tratar diversos padecimientos gracias a sus propiedades tan poderosas, sin dejar de lado la acidez de estos que sin duda es peculiar.
El limón en sí tiene muchas propiedades que nos aportan grandes beneficios para la salud pero simplemente nos equivocamos que estas propiedades se concentran solamente en su pulpa, pues la cáscara de esta fruta es sin duda la mejor para tratar enfermedades.
Es muy probable que cuando utilices un limón, extraigas su jugo y luego te deshagas de la cáscara y esto es probablemente porque no sabes que ahí es donde están la mayor cantidad de propiedades medicinales del limón.
Si quieres conocer más acerca de los usos de la cáscara de limón y como puedes emplearla en tu día a día, entonces sigue leyendo este post donde hoy te traemos cada detalle acerca de esta fruta. Presta mucha atención.
Beneficios de la cáscara de los limones
Si bien es sabido, el limón es una de las frutas que más usos tienen, pues no solo se emplea en el área culinaria, sino que funciona como un perfecto complemento para la belleza e incluso para la limpieza del hogar.
Per ¿sabías que la cáscara del limón tiene más propiedades? Pue sí. La cáscara del limón congelada ayuda a tratar enfermedades como la diabetes y muchas otras más.
Este remedio natural resulta maravilloso pues resulta que el limón en su jugo contiene flavonoides que son antioxidantes por lo que resulta ser un eficaz tratamientos para algunas enfermedades, solo hay que aprender a utilizarlo de la manera correcta.
Una de las mejores formas en las que podemos aprovechar las propiedades del limón, es congelándolo, y luego rallando incluso su cáscara que es un fuerte antimicrobiano que nos ayuda a prevenir infecciones causadas por bacterias e incluso hongos, y no solo eso sino que es capaz de destruir las células malignas que desarrollan el cáncer de colon, mama, próstata, pulmón y páncreas.
Para hacer ralladura de cáscara de limón haz lo siguiente:
- Lava el limón con vinagre de manzana o bicarbonato y luego sécalo muy bien
- Mete el o los limones en tu refrigerador y deja que se congelen durante toda la noche.
- Al día siguiente retira los limones del congelador solo si están bien congelados.
- Ralla el limón, con todo y semillas, pulpa y cáscara.
- Coloca la ralladura en una hielera y llévala al refrigerador nuevamente para que luego la puedas utilizar.
Esta ralladura la puedes agregar a tus comidas e incluso, batidos y postres, hasta en infusiones.
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