Existen enfermedades que afectan a las personas desde su nacimiento y es un padecimiento.
Que los acompañará el resto de sus vidas, un ejemplo de ello es el síndrome de Down.
Las personas que padecen de este síndrome tienen rasgos físicos característicos que son de fácil reconocimiento.
Pero tienen un carácter muy noble y una inteligencia sin igual. No son muy diferentes de cualquier persona “normal”.
Pero hay personas que carecen de sentido común y de tacto al presenciar a otros con capacidades limitadas y tienden a juzgar a los demás por ignorancia o simplemente por creerse mejor que el resto del mundo.
Este padre es sin duda alguna un ejemplo de honor
La historia de Milo de 4 años de edad, comienza en el restaurant donde su madre Kim Castillo acostumbra a llevarlo desde hace tiempo.
Ya todos en el sitio lo conocen y le han tomado cariño al pequeño, ya es un cliente habitual y les gusta recibirlo.
Un día como cualquier otro Kim, estaba almorzando con su pequeño hijo, le gustaba hacerlo sentir feliz y ese se había convertido en su restaurant favorito. En esta oportunidad tuvieron un encuentro desafortunado con otras personas.
Una familia que estaba en el mismo sitio comenzó a decir malos comentarios acerca del niño, esta incómoda situación hicieron sentir triste a Kim, quien intentaba tranquilizar al pequeño por las atrocidades que le escuchaban decir aquellas personas.
Uno de los miembros de la familia llamo a un mesero para que los moviera de lugar porque no querían estar al lado de un niño “anormal”.
Cuando Michael García (el mesero) se acercó a ellos, le molestó lo que uno de ellos le dijo insinuando que no sabía cómo en aquel lugar aceptaban a personas anormales, que eran un mal ejemplo para los niños.
García no lo pensó dos veces y de inmediato los invitó a que se retiraran del restaurant, de forma muy amable les dijo que “en el lugar no eran bienvenidas las personas que no tienen sentido común y respeto hacia los demás”.
La familia indignada prometió no volver al restaurant y el regreso a disculparse con Kim y el Milo por aquella situación. Las demás personas lo apoyaron por su honorable acto.
Todas las personas se merecen respeto indistintamente de cómo se vean o de la enfermedad que padezcan nadie es perfecto en este mundo.
